martes, septiembre 07, 2004

Carta de Amor

Estimada María:

Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolucion de nuestro vínculo matrimonial.

A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal. Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú.

Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al movil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.

COSAS QUE DESEO CONSERVAR:

- La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por
primera vez en la oficina.

- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una
mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a
dirigirte la palabra.

- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a
cenar.

- La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por
fin dormimos juntos.

- La promesa de que yo sería el único que besaria la constelación
de pecas de tu pecho.

- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con
maquillaje porque tu vestido de novia tenia un escote de palabra de honor.

- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra
luna de miel en Londres.

- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y
tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TU:


- Los silencios.

- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal
era la rutina.

- El sabor acre de los insultos y reproches.

- La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para
descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.

- Las náuseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un
olor extraño en tu ropa.

- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas
en el baño a hablar por teléfono con él.

- Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquél arañazo ajeno en
tu ingle.

- Juan y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que
nunca llegamos a tener.


Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) sólo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo solo son eso:... Objetos.

Por último, recordarte el no de telefono de mi abogado (.......) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, José.

NOTA: Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor.