jueves, julio 13, 2006

Ejemplo

En algunos post de este blog he comentado que tenemos (la flaca y yo) un local en el centro, bueno pues en ese local se ve de todo tipo de clientes, desde la señora que llega con las bolsas del mandado y mandil que compran una buena cantidad de mercancía, hasta la señora “elegante” que compra solo unos broqueles de 150 pesos y todavía le ponen ‘peros’, así como cientos (exageré, bueno decenas) de personas que diario circulas por los pasillos.

Entre las personas que circulan están los, clientes, la vigilancia, los hijos de los demás locatarios (chamacos latosos), los vendedores que van desde comida corrida hasta películas, ropa, maquillaje, etc. quesque de buena marca, de entre todos ellos existe un niño de unos 10 años que vende dulces el cual desde que la flaca lo conoció, hizo buenas migas con el, hasta el grado de contarle su corta, pero dolorosa vida.

Resulta que Jorge (así se llama el niño, Jorge Martínez) tiene 7 hermanos y vive mas allá de donde el viento sopla en la ciudad de México (por los rumbos de tultitlan creo) y todos los días en la tarde va al centro a vender sus dulces solo, si solo queridos lectores, cuando muchos de nosotros a esa edad estábamos al sumo cuidado de nuestros padres. Ustedes dirán, que padres tan irresponsables tiene Jorge, yo lo pensé también, pero le cuenta a la flaca (que ella me cuenta a mi) su madre esta sumamente enferma, su padre trabaja y lo poco que gana se lo dedica a sus hijos y a su señora, sus hermanos, también trabajan y por si fuera poco Jorge también va a la escuela por las mañanas, =la vida no es fácil= un día jorge dejo de ir al centro un par de semanas lo cual a la flaca le preocupo, cuando llego le contó que se había enfermando de una infección en la boca y garganta, le mostró a la flaca la medicina que estaba tomando y la dichosa medicina tenia precio de 998 pesos cada caja, como le hicieron, no se, pero dijo que ya mero terminaba su tratamiento, de tres cajas, traía mas dulces que los que normalmente suele llevar, para, de su propia voz, ayudarle a su papa a pagar las medicinas, se me partió el corazón.

Un sábado en la mañana llego jorge al local y empezó a preguntar cuanto costaban algunos de los broqueles, 150, 200, 300 etc. Luego pregunto cuanto salían las pulseras de murano con oro de 14 K la flaca le dio precio de varias y después de un rato y viendo con frecuencia un pañuelo que traia en el bolsillo el niño dijo:

- No están tan caras las pulseras vea
- No chaparrito, dijo la flaca
- hijole no me la dejas mas barata, es que están bien bonitas, se la voy a regalar a mi mamá
- Claro que si chaparrito


La flaca se la dejo al costo…
- Pero no me alcanza ahorita
- No importa hijo, si quieres la puedes ir pagando, es mas déjame lo que puedas ahorita y te la aparto y cuando me termines de pagar te la doy.
- Tienes cajitas…
- Si te regalo una, la que tu quieras
- Esa de delfín
- Muy bien


La flaca acomodo la pulsera en un sobre (procedimiento de apartados) apunto el nombre de jorge, la fecha y lo que le dejaría a cuenta que fueron 15 pesos, después iba cada tercer, una semana a dejar los 10, 15 y hasta 20 pesos. Un día la flaca saco la pulsera y le dijo Jorge, -te la voy a dar, – pero aun no termino de pagar -, dijo jorge, no importa voy a confiar en ti y se que si me la vas a pagar, yo no se donde vives ni tu teléfono pero te la voy a dar. A jorge se le ilumino la cara, dijo gracias y se fue. (La flaca lo conoce apenas hace un par de meses)

Y así cada semana, cada tercer día jorge va al local y deja 10, 15 o hasta pulparindos para saldar su deuda.

Para mi este niño es un ejemplo de lucha y honestidad, porque conozco a niños de su edad o mas chicos (hijos de tías, hermana, amigos) que ya están maleados o también a niños de colonias populares que roban y sus padres lo ven como una ‘gracia’.

“Si confían en uno, hay que responder y no defraudar a la gente” palabras del propio Jorge un niño de 10 años que vende dulces en el centro


Las 18:50 y sereno